Sentir la brisa al pasar. Dejar al viento jugar con el pelo. Respirar vida. Oír las melodías escondidas. Contar las pulsaciones del corazón y las vibraciones del mundo. Ser uno con él. Permitirse un momento para embargar los sentidos. No pensar. Dejar todo ocurrir. Sin prisas, sin miedos, sin dolor. Porque hoy, y sólo hoy, puedes ser aquel pequeño riachuelo que está corriendo a lo lejos, haciendo navegar al joven barco de papel que crearon unas pequeñas manos. Hoy puedes ser lo que quieras, pero, quizás, mañana no...
Disfruta. Siente. Vive. Sé tú mismo y olvida lo que piensen los demás sobre ti. Mantén los ojos abiertos. Éste podría ser tu momento.
¿Es tan difícil darte un capricho de vez en cuando?
Sonríe. El mundo es aún más maravilloso cuando lo haces.
Especialmente en los tiempos que nos ha tocado vivir, es necesario recordar que nada ni nadie podrá quitarnos los millones de pequeñas cosas que hacen que la vida sea maravillosa y merezca la pena ser vivida.
ResponderEliminarNunca se podrá repetir esto lo suficiente... es muy importante, tanto como experimentarlo. A cada minuto hay una oportunidad de gozar y agradecer el inmenso regalo de estar vivos, suceda lo que suceda a nuestro alrededor o dentro de nuestras confusas mentes.
Una preciosa entrada. Gracias por compartirlo.
Completamente de acuerdo con las palabras de Sheyimash :)
ResponderEliminarY yo también te doy las gracias.