miércoles, 11 de julio de 2012

Hasta el final del mundo.


Es la hora. Mis pasos resuenan por la Gran Vía. Mi nerviosismo afecta a mis neuronas y hace que no pueda parar de pensar. Mis brazos se balancean adelante y atrás en un intento por expulsar parte de la adrenalina que recorre mis venas como si de veneno se tratase. Intento relajarme con la voz de John Lennon en mis oídos, pero nada de lo que pruebo funciona... Sigo andando mientras me entretengo contando los latidos de mi corazón desbocado.

Un paso, otro y otro más. Me acerco al momento en el que todo cambia, en el que mi vida promete volverse del color de la felicidad en su máximo esplendor. Me aproximo a perderme en un oleaje de palabras dulces que hacen que me estremezca de la forma más maravillosa. A veces me pregunto si estoy viviendo dentro de un sueño o si es, verdaderamente, la realidad soñada que ha decidido llamar a mi puerta por primera vez. Es increíble que esto sea tan perfecto. Es extraordinario que esto me ocurra a mí y, ¿sabes qué?, tengo miedo de perderlo. Tengo miedo de dar un paso en falso y tirar todo lo ganado por la borda, de despertar una mañana y que no haya sido más que una ilusión de mi imparable imaginación creciente. Tengo miedo de que no seas real y de que te vayas para siempre. 

Pero mis pasos siguen y se acercan a ti. Mis temores se disipan cuando te veo esperándome en el lugar acordado. Tu sonrisa me saluda desde el otro lado de la calle y tus brazos reclaman estar entre mi cuerpo. Mi corazón estalla, se vuelve aire y se esconde en tu pecho. ¿No lo ves? Es pura magia brillando a nuestro alrededor. Cientos de chispas saltan desde tus ojos y se clavan como dagas en mi corazón. Tus labios se posan en los míos y me siento morir de felicidad. Creí que este momento no llegaría nunca…

Y a cada segundo que pasa, le pido al cielo que esto sea eterno, que tu existencia a mi lado dure para siempre. Y me pregunto una y otra vez si Dios nos podrá conceder ese “hasta el final del mundo” tan deseado si se lo pedimos juntos con todas nuestras fuerzas.



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Si queréis escuchar este relato narrado por mí, además de otro mío y otros dos de @TrunkNextRoom, no dudéis en oír atentamente nuestro pequeño audiobook.

PD: Siento haber tardado tantísimo en volver a poner algo aquí, pero estos meses he tenido los exámenes finales, la Selectividad y todo lo que conlleva, y luego me he dado un pequeño descanso. De todas formas vuelvo de una forma completamente nueva que espero no os defraude.

Con todo mi cariño:
Coriso.

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