Cogí fuego de la lluvia y lo soplé. Tomé agua del viento y lo encendí. Bebí aire de la tierra y lo quemé. Inspiré tierra de las mareas y la espiré lentamente. Traté con mis miedos e hice un pacto con ellos. Encontré nuevos horizontes en los que plantar mis deseos. Abrí el cajón de las sonrisas y le quité la llave al baúl de los "te quieros" (por si un día alguien quisiera venir a quedárselos enteros). Mis sueños decidieron tomar un nuevo nombre y me pidieron ser llamados:
"Libertad"
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