domingo, 3 de abril de 2011

Te voy a contar un secreto...

Ven, siéntate a mi lado. Te voy a contar un secreto. ¿Me prometes que siempre lo guardarás y que no me harás muchas preguntas sobre él? ¿Sí, verdad?

De acuerdo, estate atento que voy a empezar:
Siempre he sabido que voy a morir joven... No, no son imaginaciones mías es más bien... Un presentimiento. Simplemente sé que va a ocurrir.

¿Qué cómo lo sé?
No estoy segura. Ese sentimiento me acompaña desde pequeña.
Para que lo entiendas mejor te diré que es parecido a saber que las aves emigran, que si la tarde está gris seguramente lloverá, que si el sol y la lluvia salen juntos el arcoíris se pasará a saludarnos, que no todo lo que quisiéramos que fuera para siempre lo será, que nunca te olvidaré...
Son cosas que sabemos aunque no sepamos decir el dónde, el cuándo o el por qué. Y no por ello estamos locos, ¿verdad? ¿Me entiendes un poco mejor ahora?

¿Qué si tengo miedo a la muerte?
No, tengo miedo a morir sin haber llegado a cumplir las cosas que más quiero, que más deseo, que más necesito, que más ansío...

¿Cuáles?
Hacer felices a los que me rodean, decirles a mis seres queridos tantas veces "Te quiero" que se terminen cansado de oírlo, que Él sea mío, cumplir mi mayor deseo- ya sabes, ser cantautora-, escuchar por la radio alguna canción mía, disfrutar muchos años de los que quiero, no separarme de mi familia ni de mis amigos, sacarme la carrera de Magisterio, tener por lo menos un bebé, viajar por el mundo, ayudar a todos aquellos que pueda, sentirme útil en algo, amar y ser amada, sentir que realmente valgo, quererme del todo a mi misma, sonreír siempre (a todas horas)...

Quiero morir habiendo sido lo más feliz que he podido. Aprovechar la vida. Disfrutar de ella. Explotar cada segundo de mi tiempo. Explorar todos mis límites. Llegar a lo más lejano. No quedarme de brazos cruzados...

Aún queda mucho tiempo (o quizás no, eso nunca lo sabremos) por ello, ¿querrás quedarte conmigo hasta que llegue el momento?
Lo único que te pido es que: no te vayas de mi vida, no me dejes sola, me ayudes si me pierdo, me quieras tal cual soy... Porque desde que nací he temido y odiado la soledad más que cualquier otra cosa del mundo.
La soledad, para mi, lleva incluida en sí misma: La ausencia de personas, de apoyos, de manos que me agarren cuando voy a caer; que nadie me acepte como soy; que nadie me quiera; sentirme vacía, sin motivación ninguna por vivir, en un bucle infinito de tristeza; no saber levantar la cabeza; caerme y no levantarme; morir y no resurgir; sentir que he hecho todo mal, que no sé hacer otra cosa más que equivocarme; que para mi no hay otro mejor final...

Ven, te voy a contar un secreto:
Sé que voy a morir joven, tengo muchísimos miedos y sin embargo la muerte es el que menos me atormenta. Solo quiero ser FELIZ hasta que esa vieja amiga decida venir a por mi...

1 comentario:

  1. Muy bueno. Me viene a la mente una frase con la que me he topado varias veces en el último tiempo: "si descubres que vas a morir, continúa con lo que tienes entre manos". Ser Feliz (yo matizaría, simplemente SER), es lo que le da sentido a todo, sin tiempos, miedos ni esperas.

    Aunque ya había visto un par de entradas tiempo atrás, hoy me he suscrito a tu blog y te voy a ir leyendo desde la entrada más antigua a la más nueva, a ratitos en estos días. Me encanta lo que escribes (y cómo lo escribes).

    Un abrazo,

    "S."

    ResponderEliminar